Ultimamente he tenido algunos casos en consulta dónde me he encontrado con mujeres que son hijas únicas y, curiosamente, atraen situaciones similares con sus respectivas parejas. Antes de comenzar vale aclarar que lo que encontrarás a continuación no significa que sea 100% aplicable a todas las mujeres que no han tenido hermanos. Recuerda que los casos espejos que comparto son el resultado de observar situaciones que habitualmente suelen repetirse y responden a causas similares, en este caso: ser hija única. Te cuento además que en este caso me siento identificada, porque soy prácticamente hija única y he vivido estos desafíos que a continaución te comparto.
Como apasionada de descubrir el “behind the scene”… voy a poner en palabras lo que no se vé.
Probablemente al comienzo de una relación de pareja te sientas atraída por alguien que sea muy atento contigo, alguien que te “aplauda”, respondiendo, de esta forma al patrón de comportamiento que habitualemente estés acostumbrada a recibir de niña. Llega un momento, que empezás a sentir que tu compañero/a te deja de brindar la atención que en un comienzo te daba, y es ahí cuando comenzás a demandar su atención y comienzan los reclamos. ¿Por qué ya no valorás mis logros como antes? ¿Por qué ya no me admirás como en un comienzo? ¿Te suena?
Si las relaciones nos hacen de espejo, ¿Para qué te pasa esto? La respuesta es: Para romper con el “patrón” inconsciente que probablemente estés acostumbrada a desarrollar para confirmar tu valía que es el que “valgo porque capto la atención” y de esta foma puedas empoderarte y aprender a relacionarte desde la igualdad. En otras palabras, una cuota de admiración está bien recibir, pero lo importante es que tu estés contenta o conforme contigo, independientemente de los aplausos que recibas.
También podrías tener tendencia a no haber desarrollado la tolerancia a la frustración porque probablemente te hayan dado todo. Eso ha hecho que quizás te cueste aceptar los límites de los demás, en otras palabras, te cueste respetar un NO. ¿Y adivina qué? Posiblemente te relaciones con personas seguras de sí mismas, de esas que cuando te dicen que NO es NO. En este caso, el reflejo del espejo te presenta la lección de respetar los límites y las decisiones de los demás, en este caso, tu pareja -aunque se te puede presentar también en otros ámbitos de tu vida-
Otra de las situaciones que quizás se te presenten es la siguiente: “Te van a llegar los hermanos que no tuviste para aprender a compartir” Un día eso fue lo que me dijeron, y ¡que razón tenía esa persona! Si sientes que tienes dificulades a la hora de compartir, la vida se las ingeniará para que desarrolles ese miedo o esa dificultad. ¿Cómo? Quizás tengas hijos y celes a tu compañero de la atención que le dá a tus hijos, porque lo que te sentís es “desplazada”. También puede suceder que conozcas / tengas una pareja que ya tiene hijos y sientas “celos” del tiempo que comparte con ellos. ¿Qué te está enseñando estas situaciones en este caso? A que aprendas a compartir. A que tu valor no está dado por cuánta atención, tiempo u objetos te den, sino que en su lugar conectes con un estado interno genuino de poder darle lugar a que tu pareja disfrute de otros planes por fuera de la relación que juntos tienen y comprendas que ese hecho puede enriquecer la relación
Observa con cual de las causas que te mencioné te sientes más identificada, y si te gustaría trabajar en ello ¡descargate la guía práctica: Descubriéndome a través de ti que encontrarás en mi web!
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