Una lealtad familiar es una fuerza invisible que puede llevarte a vivir una vida que no es la tuya, impulsado por el deseo inconsciente de seguir perteneciendo a tu familia, cueste lo que cueste.
Las lealtades familiares son muy poderosas ya que nos llevan a comportarnos de determinada manera siguiendo ciertas pautas que nos condicionan o nos limitan. ¿Qué son pautas? Modos de respuesta automáticos que velan por la permanencia del sistema.
Berth Hellinger, el creador e impulsor de las constelaciones familiares en su libro El Manantial nos cuenta que cada uno de nosotros pertenece a una Gran Alma. Afirma “No tenemos un alma confinada a un cuerpo sino que pertenecemos a una Gran Alma” Esta gran alma tiene una fuerza inconmensurable que vela por la supervivencia del sistema familiar en su conjunto. Impulsados por la fuerza de pertenecer a nuestros sistemas, cedemos -inconscientemente – nuestro poder a esa “gran alma” y de esta forma seguimos un “carril de vida” que no nos hace felices o nos lleva a sentirnos presos de las situaciones que vivimos. ¿Te ha pasado de tener la sensación de no estar viviendo tu propia vida? ¿De sentir muy en el fondo una vocecita que te dice: “Esta no soy yo”?
A continuación te compartiré algunos ejemplos:
Un ejemplo de lealtad familiar sería el siguiente: La abuela fue madre soltera, la hija es madre soltera y siguiendo con esta lealtad, la nieta también. Si esa lealtad familiar está latente, inconscientemente se activarán en la nieta comportamientos, reacciones automáticas, actitudes que sabotearán las relaciones de pareja. Ella querrá estarlo pero en lo más profundo no tendrá el permiso. Superficialmente o conscientemente creerá que sus relaciones no funcionan porque nadie quiere compromiso o porque ella tiene algún defecto, etc. Pero a un nivel profundo, el hecho de estar siguiendo a una lealtad familiar no le da permiso a que pueda “tomar” a una pareja, verla como un igual y construir una relación sana porque de esa forma sentirá que dejará de pertenecer al clan.
Otro ejemplo de lealtad familiar puede darse cuando todos los miembros de una familia trabajan en la empresa familiar. De generación en generación han creando un legado que, al cabo de unos años, ha sido seguido por tres o cuatro generaciones. En los casos dónde un miembro de la familia, algún hermano, tío, tía, desee abrirse camino y este activo en él o en ella una lealtad familiar, es posible que encuentre dificultades a la hora de emprender o volverse autónomo ejerciendo su profesión fuera del negocio familiar.
¿Por dónde empezar? ¿Cómo abordar el trabajo con las lealtades familiares para poder “desenredar la madeja” y hacer nuestro camino?
El primer paso es que puedas hacerle un gran lugar en tu corazón a esta idea. Estar inmerso en una lealtad familiar es algo profundo y en ocasiones, frustrante. Pero una vez que logras dar pasos hacia tu liberación notarás que aquello que antes te costaba demasiado, ahora comienza a llegar como por arte de magia. Notas una cierta fluidez, hay una música de fondo que te llena de vitalidad. Hay un “si” claro de que estás en tu camino.
El segundo paso es el reconocimiento. El hecho de “mirar lo que hay” comenzará a darte fuerza. Mirar es empezar a volverte consciente. Para ello puedes preguntarte lo siguiente: ¿Hay alguna historia o acontecimiento que se venga repitiendo de generación en generación en tu sistema familiar? ¿Cómo han sido los hombres de tu clan como parejas? ¿Las mujeres? ¿Y cómo han sido como padres o madres? De esta información, ¿Hay algo en tu vida que creas estar repitiendo y que esté relacionado a estos acontecimientos?
Por hoy, te dejo con estas preguntas, esperando que te sean útiles. Seguiré compartiendo más información acerca de este tema. Déjame un comentario con tu opinión y también con alguna sugerencia para seguir escribiendo al respecto.
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Lucía
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