Ser honestos nos ayuda a poder liberarnos de nuestros miedos

May 25, 2022Caso espejo

¿Por dónde empezar?

Muchas veces nos encontramos viviendo situaciones que parecen que se nos han ido de las manos. Situaciones en la pareja, en el ámbito laboral, la salud, dónde sentimos que el mundo se ha volcado contra nosotros y no le encontramos la salida. En ocasiones, sentimos como si estuviésemos viviendo un sueño, una ilusión, sintiendo incluso que no estamos viviendo nuestra propia vida. Como si una fuerza mayor se haya apoderado de nosotros haciéndonos sentir impotentes. Quizás hasta sintamos que lo que antes podíamos manejar de manera sencilla, hoy se nos vuelve cuesta arriba. Nos hacemos preguntas como las siguientes: ¿Cuándo fue que me volví tan miedosa si antes contaba con tanta fuerza? En nuestras relaciones, ¿Cómo es que reacciona de esa manera, con todo lo que he hecho por él? ¿Te ha pasado de vivir algo así?

Te comparto algunas ideas que explican en algún punto lo que puede estar pasando.

A través de estas situaciones dónde parece que todo se derrumba, la vida se las ingenia para sacarnos de nuestra zona de confort y nos empuja a que tomemos decisiones que quizás hace tiempo venimos postergando. ¿Por qué? Porque cuando no estamos decidiendo, “estancamos”  el agua de nuestra expansión y nuestro crecimiento. Esto puede derivar en conductas de sumisión, de exceso control, de dependencia, dónde respondemos en “piloto automático” sin conectar realmente con nuestro Yo esencial. Y te estarás preguntando, ¿Por qué la vida intentaría sacarme de la zona de confort si estoy cómodo acá? Muy sencillo. Porque sostenerte en una posición de comodidad respondiendo a viejas costumbres no nos permite vivir felices, sino condicionados. Si observás conmigo, quizás las siguiente preguntas te hagan sentido: ¿En qué situaciones cotidianas sentís que tenés que dejar de ser quién sos para que todo funcione? ¿Qué relaciones o compromisos están siendo sostenidos sobre la base de tus miedos? La vida, la energía creadora, Dios, el amor -como más te guste llamarle- nos quiere ver felices. Es por ello que las tormentas llegan en el instante justo cuando estamos preparados para procesar los aprendizajes.

Atrevernos a decidir es parte de nuestro crecimiento.  Ahora bien, es cierto que para poder decidir en la dirección que sea es crucial que conectemos con la aceptación interna de atrevernos a enfrentar los efectos de esa decisión que tomamos, y eso nos hace sentir más temerosos aún. Pensar en los efectos de las decisiones que tomamos muchas veces suele ser más aterrador que imaginarnos tomando la propia decisión. ¿No es así?

Entonces, ¿Qué podemos hacer cuando no podemos tomar una decisión, que sabemos que tendríamos que tomar- pero ahora nos da miedo?

En ese caso empezar a hacer un ejercicio de honestidad para con nosotros mismos nos ayuda a atrevernos a dar los primeros pasos. Ser honestos nos ayuda a ir “despejando” el camino para después poder tomar las decisiones.
¿Por dónde empezar? Empecemos por reconocer nuestros miedos, empecemos por reconocer que en nosotros existen esos miedos que hoy nos condicionan y no nos permiten vivir en libertad. Un ejemplo de ello sería: “Sé que lo mejor sería separarme, pero ahora mismo no estoy dispuesta a afrontar lo que eso conlleva porque eso implicaría afrontar el miedo a la soledad, mis inseguridades para empezar de cero, los celos por si mi pareja se fijaría en otra persona si no estoy.”  Con el simple hecho de reconocer que esto existe en tu interior, se va abriendo un “campo” de posibilidades donde antes veías un callejón sin salida. Lo contrario sería seguir desarrollando una infinidad de estrategias con tal de que tu relación “se salve” que te aleje cada vez más de tu esencia. Esto te traerá mucho dolor y las proyecciones serán aún más intentas. ¿Qué significa esto? Que tu mente tenderá a proyectar en tu pareja aquellos asuntos que no reconoces en ti, los rechazas, al no haber reconocido tus miedos. Ejemplo: “No me reconoces todo lo que hago por ti” Cuando es posible que seas tu la que ya no se reconoce a sí misma en esa relación.

El reconocimiento de nuestros miedos nos ayuda a potenciar nuestra autoestima, nuestro amor propio y nuestro amor por la vida. El hecho de verlos nos coloca en un lugar más en sintonía con lo que queremos para nuestra vida y más aún cuando nos abrimos a la idea de que muchas de las cosas que vivimos ni siquiera son nuestras, sino que son heredadas y responden a un programa colectivo más grande; entre ellos la información de nuestro sistema familiar.

En tu interior vive una fuerza que te quiere ver bien. Esa fuerza es amor. Esa fuerza se las ingenia para sacarte de la zona de confort en la cual te encuentres para que puedas descubrir la grandeza que vive en ti. Pero para ello, esa fuerza necesita que observes tus miedos, los veas, le hagas un lugar, los reconozcas y todo lo que viene después estará más en sintonía con la nueva versión que está a punto de nacer en ti. ¿Te animas a ser honesto contigo de ahora en más? Nos acompañamos.

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