Ayer, mientras compartíamos el encuentro de Un Curso de Milagros de pronto vino a mi mente esta frase “Nunca me alcanzo” y quedó resonando… En ese momento nos encontrábamos profundizando en cómo opera el sistema de pensamiento del ego -una manera de pensar condicionada que nos hace conectar con la experiencia de que nunca somos suficientes- Lo suficientemente buenos como amigos, lo suficientemente buenos como pareja, lo suficientemente buenos como padres y madres… en fin.
¿Te ha pasado o te pasa de sentirte defectuoso en algún aspecto de tu personalidad? ¿Te decís que no sos suficiente? ¿Tenes la sensación de que algo falla contigo? Miremos.
Sentirnos defectuosos es la gran premisa del ego. Un Curso de Milagros lo dice muy claro: “busca pero no halles” Y eso aplica para todo. Pero, ¿cómo opera esta sensación de insuficiencia a la hora de vincularnos? ¿Qué pasa con nuestras relaciones cuando sutilmente se “cuela” el anhelo por completarnos a través de los demás porque sentimos que en nosotros falta algo?
Últimamente, en el grupo de estudio del curso, estamos estudiando las dos maneras de vincularnos que, según el curso, están activas en nosotros. Una de ellas consiste en entablar relaciones especiales y la otra; relaciones santas. Una relación especial es aquella dónde esperamos completarnos a través de los demás, desde esta sensación de insuficiencia. Muchos de nosotros hemos entablado relaciones que, si somos honestos y sinceros, esperamos recibir allí la felicidad que no nos estamos dando y el amor que nos estamos negando. Sucede que hay veces que estas relaciones las establecemos de manera inconsciente y eso se puede ver claramente cuando esa persona ya no está. En ese momento aflora a la luz de nuestra consciencia gran parte de esos acuerdos sutiles y silenciosos que mantenían la esperanza de que allí algo íbamos a encontrar.
Esperando encontrarnos en los demás, nos alejamos de nuestra esencia cada vez más. Y los escenarios se vuelven cada vez más intensos porque nunca seremos suficientes para quién no es capaz de aceptarse a sí mismo. Y para quién no somos suficientes es para nosotros mismos. “Nunca nos alcanzamos” Y ahí está la clave. Si lográsemos comprender que ante cualquier relación que entablamos también se está poniendo en marcha una relación con nosotros mismos que luego se verá reflejada en el resto de nuestras relaciones, comprenderíamos que los demás sólo nos muestran el reflejo de nuestra propia desconexión o conexión. Espejos de nuestros propios condicionamientos. Espejos de nuestras carencias y también de nuestra plenitud. Espejos dónde ahora, en lugar de juzgar puedo observarme y sanarme.
Una relación especial está basada en una retroalimentación de heridas que no encuentran un espacio para su sanación porque el foco está puesto en que la otra persona “nos cure”. Ahora. ¿Qué hacer con todo esto?
El curso nos invita a santificar nuestras relaciones. A convertirlas en espacios para que observemos estos reclamos, estas heridas y volvamos a nuestro centro, dónde nos vivimos en plenitud. Agrega el curso: Una relación santa es aquella que ambos han mirado dentro de sí y no han visto ninguna insuficiencia y ahora deciden expandirse.
Convertir nuestras relaciones en santas es una decisión. Es un llamado a dejar de sufrir. Sucede en ese instante cuando reconocemos que ¡estamos hartos! A lo mejor ya hemos repetidos ciertos escenarios que nos han hecho replantear y observar nuestra manera de vincularnos. Es ahí, cuando nos abrimos a experimentar nuestras relaciones desde otro lugar, dándonos el permiso para vivirnos en Unidad.
El primer paso es reconocer mi dialogo interno. Observa qué te decís, cómo te lo decís, cuando te lo decís. ¿Qué te fata? ¿Qué te sobra? ¿Qué crees que esa persona debería darte y no te da? Aquí, ahora, en este momento, ¿Qué te cuenta tu ego?
El siguiente paso viene desde lo más profundo de tu Ser con la convicción de querer ver las cosas de otra manera. ¡Quiero ver esto de otra manera! Es un reconocimiento, un llamado a experimentar la Unidad. Un anhelo por constatar por tu propia experiencia cómo es cierto que estamos Unidos y que a cada instante estamos eligiendo el amor y el miedo y que eso es lo que vemos reflejado en los demás.
Si te gustaría que juntos/as vivamos esta experiencia te invito al próximo encuentro: Presencia Compartida dónde nos uniremos en la intención de transformar ese conflicto que hoy tanto te pesa en un escenario para descubrirte y reconocerte en Unidad y en Amor.
¡Ve a talleres! ¡Allí lo verás!
Abrazo al corazón!
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