¿Te ha pasado o te pasa de sentir que no estás viviendo tu propia vida?
Muchos de nosotros podemos llegar a experimentar, en algún momento de nuestras vidas, que estamos siendo “arrastrados” hacia un lugar dónde no queremos estar, pero por algún motivo, -muchas veces incomprensible- permanecemos ahí. Podemos llegar a experimentar la sensación de estar viviendo una vida que no es nuestra, hasta el punto de perder la confianza de que seremos capaces de tomar las riendas de nuestra propia vida y orientarla en la dirección que deseamos.
-Lo que acabo de contarte es parte de mi historia-
Hace un tiempo me he visto atraída por observar las dinámicas interpersonales que ocurren en las familias, particularmente en la mía, y muy particularmente en la relación padres e hijos. He visto cómo ésta última influye potencialmente en lo que vendrían a ser el resto de nuestras relaciones. Y no sólo en las relaciones, sino además en las decisiones que tomamos en nuestra vida en todo sentido.
Cómo nos hayamos vinculado con nuestros padres, o mejor dicho, cómo hayamos interpretado esa relación, influye considerablemente en cómo luego construimos el resto de nuestras relaciones.
Profundicemos.
En nuestros primeros años de vida nos encontrábamos más expuestos a ser influidos inconscientemente por opiniones, creencias, patrones de comportamientos, estados emocionales que fueron trasmitidos –consciente e inconscientemente- por nuestros padres. En ese sentido, recibimos una información que en algún punto nos condicionó. Si a esto le sumamos que nuestros padres no han sabido construir una relación basada en una sana comunicación, libertad emocional, comprensión, unión, compañerismo, etc, es muy posible que algunos de estos ingredientes que faltaron se hayan transformado en pedidos inconscientes que esperan recibir de nosotros, sus hijos. Toda esta información ha sido alojada en nuestra mente inconsciente y nos acompaña aquí y ahora. Al parecer, también esa información genera ciertos escenarios que son necesarios para que nosotros podamos ver lo que hay ahí. ¿Qué significa que genera escenarios? Significa que de manera inconsciente volvemos a repetir los escenarios emocionales que vivimos en nuestros primeros años de vida, pero con otros actores. Por ejemplo, nuestras parejas, hijos, hijas, compañeros de trabajo, etc. En otras palabras, atraemos a nuestra vida circunstancias, acontecimientos y personas que nos ayudarán a trascender estos condicionamientos que han quedado grabados en lo más profundo de nosotros.
Te comparto un ejemplo.
Si de niña has escuchado a mamá quejarse porque papá no ha sido lo suficientemente compañero, es posible que de adulta tu mente inconsciente genere una situación dónde tú sientas que debes acompañar a mamá, sintiéndote impotente o atrapada, sin poder hacer tu vida. El sólo hecho de pensar moverte de allí, te genera mucha culpa, y esa culpa te hace permanecer allí. Y como si esto fuera poco, es posible que estés auto saboteándote inconscientemente proyectos en pareja, éxito profesional, etc. Todo por permanecer acompañando a mamá. Incluso, es posible que te preguntes : ¿Qué estoy haciendo mal? ¿Por qué no consigo formar una pareja? ¿Por qué no me va mejor con mi trabajo?
¿Qué pasaría si te va mejor en tu trabajo? Seguramente ganarías más dinero y/o quizás le dedicarías más tiempo. Eso implicaría que te vayas de casa y como resultado, mamá tenga que afrontar su soledad. Y es este último punto el que –inconscientemente- estás tratando de evitar.
Como verás, respondemos a ciertas lealtades inconscientes, que, en la medida que vayamos comprendiendo que nada ocurre por casualidad, es posible comenzar a “romper el cascarón” de esas programaciones inconscientes que nos mantienen estancados/as.
¿Cómo puedes comenzar a trascender estas programaciones?
Es un tema profundo que, demás está decirte, no puedo abarcarlo en este texto. Pero a continuación me gustaría dejarte algunas ideas que pueden orientarte para comenzar a “mover las piezas del puzzle”
Comienza por hacerte buenas preguntas. Preguntas que te ayuden a observar qué reclamos, reproches, culpas, miedos vinculados con tus padres pueden estar “vivos” en ti.
- ¿Qué les reclamas aún?
- ¿Qué crees que pudieron haber hecho mejor?
- ¿Qué faltó? ¿Qué sobró?
- ¿Qué crees que tu madre podría haber hecho mejor?
- ¿Qué crees que tu padre podría haber hecho diferente?
- ¿De qué los culpas?
- Si tuvieras la posibilidad de volver el tiempo atrás, ¿Qué sería lo primero que les pedirías que hagan diferente?
Estas preguntas pueden ayudarte a, poco a poco, ir rompiendo el cascarón.
Finalmente, me gustaría que puedas conectar con la idea de que tu expansión es su expansión. Ellos, inconscientemente, esperan que los ayudes a ir más allá de sus miedos, liberándote de los tuyos. Cuando tú haces un movimiento hacia tu libertad emocional, eso repercute favorablemente en su experiencia vital. Camina sin culpa, estamos unidos. Tienes un pacto con ellos, al igual que yo tengo un pacto con mis padres. Estamos aquí en 3D y eso se nos ha olvidado, pero no por ello ha dejado de ser cierto. Estés viviendo lo que estés viviendo ha sido producto del plan perfecto que tu alma necesita para volver a casa y despertar del sueño.
Gracias por estar ahí.
Nos seguimos acompañando.
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